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Somos todo oídos. Realizaremos un paseo alrededor del embalse en la escuela de Rioseco, o en las próximidades de los distintos afluentes del río Nalón cercanos al resto de escuelas del CRA. La idea es centrarnos en el sonido. Apuntaremos en un cuaderno todos los sonidos que escuchemos. Sólo hay una consigna, estar en silencio. Iremos realizando paradas para potenciar la escucha [La verdad es que muchas veces paramos para ver, pero raramente lo hacemos para escuchar]. Al final haremos una puesta en común con las anotaciones de cada uno. De esta actividad pueden partir otras muchas: clasificar los sonidos según la fuente que lo produjo [humanos, máquinas, naturales]; Sonidos fuertes y débiles; largos y cortos; agudos, graves; molestos, agradables; lejanos, cercanos; continuos, discontinuos; situarlos en mapas sonoros de los lugares etc.
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Realizar un paseo sonoro. Es parecido al anterior pero durante el recorrido, aparte de escuchar el entorno, podremos alterarlo, jugar con él. Otra forma de intervención sería confeccionar mapas y archivos sonoros de los distintos paisajes sonoros, con material recopilado en trabajos de campo, que pudieran ser escuchados por paseantes, en lugares localizados, mientras realizan algún recorrido por la zona.
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Investigar el entorno sonoro del embalse y del río, trabajando los paseos a finales del verano, en otoño y al comienzo del invierno; haremos una especie de diario sonoro estacional para hacer una comparativa de los sonidos escuchados.
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Capturar el paisaje sonoro. Realizaremos registros o grabaciones de Campo de los sonidos que habitualmente escuchamos en el entorno del embalse o del río y comparamos sonidos que confluyen o no, en los distintos paisajes sonoros de nuestras localidades.
En torno al río también viven multitud de aves. El río Nalón discurre rodeado de naturaleza en esta zona. El Parque de Redes también es Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), desde su designación en 2003, y obtuvo en 2005 la certificación “Q de calidad” del Instituto de Calidad Turística Española.
La mayor riqueza faunística de la zona es la ornitológica, con más de 130 especies de rapaces (como el águila, el halcón o el azor), carroñeras (buitres y alimoches), aves del bosque y las llanuras, y una extraordinaria avifauna, que debe su presencia ocasional o estable al humedal del embalse de Rioseco y que es la principal causa de la catalogación como ZEPA. En varias épocas del año, en particular a inicios del invierno, es fácil la observación en el embalse de aves acuáticas en sus tareas cotidianas de alimentación, relación y descanso de sus viajes migratorios. Destacan las nadadoras, como el nidificante ánade real, el ánade silbón, el ánsar, la cerceta o el pato cuchara. También aves buceadoras, como la inconfundible focha, la polla de agua, el porrón. Limícolas que habitan los fangos del embalse, como el andarríos chico, el correlimos… Especies de gran tamaño, como garzas reales y cormoranes, y otras muchas ligadas al medio acuático. Para facilitar la observación de la avifauna existen dos observatorios con paneles descriptivos que facilitan su identificación, uno en el espigón del embalse a la salida de Rioseco y el otro en La Polina, en la desembocadura del Alba.
ACTIVIDADES
Haz Clic en la imagen para realizar una audición relajada y atenta.
Del minuto 11:39 al minuto 13:42 escucharemos la gran riqueza ornitológica de la zona, destacando el sonido de los tordos en primavera.
